¡El bailarín que brilla con luz propia!

Llevo casi 20 años bailando marinera y siempre me gustó ir a los concursos para ver las propuestas de los bailarines y claro observar todo el proceso que implica bailar, desde que están sentados arreglándose hasta cuando calientan, entran al túnel y salen a la pista a bailar y algunos a “brillar”.
Luego de ver tantas horas marinera, uno comienza a analizar qué es lo que diferencia a un bailarín de otro, si observas más a detalle te preguntas por qué un bailarín te gusta más o tiene algo especial que llama tu atención y siempre esperas verlo; pues eso mágico y muchas veces inexplicable es el brillo innato de cada ser humano que hace a cada bailarín único e irrepetible.
Como lo mencionó la autora y compositora de marinera, la señora Lucy de Mantilla “La marinera es la técnica combinada con la personalidad del bailarín”, y es que cada bailarín se deja mostrar en la pista tal y cómo es, se desnuda ante sus espectadores para mostrar su esencia y pone al descubierto sus emociones que afloran en cada movimiento de su cuerpo, intención de su mirada y la energía que coloca en cada paso, cuando todo lo antes mencionado es de forma auténtica, el bailarín brilla con luz propia.
Un claro ejemplo son los niños, cuando observas a un pequeño bailar, uno rápidamente nota un brillo especial, porque los niños no esconden sus emociones, cuando quieren llorar, reír o gritar simplemente lo hacen, por eso brillan en la pista y uno desde su asiento disfruta observándolos.
Con esto quiero darles a entender que un bailarín no sólo debe preocuparse de mejorar su técnica, sino también de encontrar un sentido a cada movimiento que ejecuta y una emoción a cada figura que realiza, sólo cuando esa emoción es auténtica el bailarín logra brillar con luz propia y ser único.
Gisela Gonzales